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sábado, 19 de diciembre de 2009

Uno no deja de jugar porque se hace viejo. Uno se hace viejo, porque deja de jugar…

Cosita linda, ¡Cómo me has hecho reír con tu carta! ¡¿Cómo no va a ser maravilloso esto de escribirse tomando lápiz y papel?! Tu carta sólo me confirma lo que siempre he creído: tener que escribirle una carta a alguien; una carta de verdad, te pone en un estado especial, casi sagrado. Debes -necesariamente- encontrar el momento adecuado; tanto el momento “externo” (hacer un paréntesis en la rutina diaria) como el “interno” (conectarte emocionalmente con el otro, con ese otro al que quieres transmitirle en qué estás). Tú lo has hecho maravillosamente. A través de tu cartita –y aunque te suene a una más de las chifladuras de tu madre-, te he visto.

Sí, sí, ya sé qué me vas a decir que hay formas más rápidas que esperar más de diez días por un papel. Y me parecen que están muy bien los e-mails, los mensajitos en Facebook o en Twiter (¿así se escribe?), pero sólo…para coordinar almuerzos o avisar la suspensión de una reunión. Pero no me vas a decir que gracias a aquellos modernos engendros, uno se puede comunicar. No, no, no: Al César, lo que es del César.

Lo que es yo, ahorita mismo –y aprovechando que tu padre se fue a dormir siesta- me vine a la cocina. Tengo mi vasito de licor y mis puchitos, o sea exactamente lo que me prohibió ese médico insoportable y prepotente, experto en no se qué, doctorado en no sé dónde, el super especialista que me miró como a un pedazo de carne y que con eso, me tuvo una semana deprimida. Ojalá cielo, no seas nunca como él.

No, no te preocupes. De que me cuido, me cuido y no hago estos desarreglos todos los días. Es sólo que creo que no hay por qué exagerar. Una cosa es ser prudente y otra convertirse en talibán de la sacarina, como tu tía Carmen que -no me escuche tu padre- cada vez se parece más a un espárrago. Además, estoy feliz escribiéndote mientras escucho la canción Jugar por jugar, de mi amado Sabina. Anda, dale, bájala en MP3 y así la cantamos a dúo. ¿Qué? ¿Te creías que tu madre no sabe de esas cosas? ¡De algo que sirva tu hermana, además de los dolores de cabeza que me da!

Y dice así. ¡Música maestro!

Y jugar, por jugar,
Sin tener que morir o matar
Y vivir, al revés,
Que bailar es soñar con los pies

En fin, pero vamos a lo nuestro. Me alegro de que te estés tomando las cosas con calma. En los momentos agitados es mejor esperar antes de tomar decisiones cruciales. Ya, ya, perdona por el sermón. Sólo quiero que sepas que Agustina es una linda chica, pero tan importante como el hecho de que estés enamorado de ella, es que ella lo esté de ti. Y todo el tiempo que te tome averiguarlo, vale la pena. Por eso nunca me opuse a que se fueran a vivir juntos, antes al contrario. Te consta que intervine a tu favor cuando tu padre puso el grito en el cielo (tu padre nunca deja de sorprenderme. Hasta el día de hoy no sé dónde andaba, mientras todos los demás repartíamos flores en la calle y se nos iba la voz gritando aquello de La Imaginación al Poder). Así es que déle no más, m`hijo. Viva lo que tenga que vivir. Usted sabe que desde aquí, le hago barra.

Propongo corromper al puritano
Espiar en la ducha a las vecinas
Ir a quitarle al dios de los cristianos
Su corona de espinas, su corona de espinas



Oye y qué es eso de espantarte porque me he tomado un par de cafés con el italiano loco. Tu padre me hizo menos escándalo que tú. ¡Qué risa! Y fíjate que está bien buenmozo. Lo que es harto decir, considerando que a los de mi generación, progresivamente se nos va cayendo todo, sobretodo la risa.

Me lo encontré por casualidad, aunque te confieso que es una casualidad harto sospechosa por lo improbable. Resulta que tu hermana decidió hacerse una colcha para su cama (sí, tal como lo oyes), de ésas de cuadraditos de colores. Ver a tu hermana intentando tejer es para partirse de la risa. Si le vieras la cara de concentración, pensarías que está diseñando una central termonuclear!

Pero se nos acabó la lana, así es que partimos a comprar más a una picada que descubrí hace poco en el sector de Estación Central. Como ves, sigo con mis vagabundeos por la ciudad. Me encanta recorrer las calles sin objetivo previo; no sabes la de cachureos que pueden encontrarse. Ya, ya, tranquilo. Sé que el barrio no es de lo mejor y me cuido. Voy con lo justo, apenas la plata para el metro y para algún engañito. Ah, y sin joyas (uff, no me has dicho nada, pero hasta aquí me llega el mismito grave sermón de tu hermana. Sé que lo hacen por mi bien. Pero no sabes la pena que me da por ustedes. En mis tiempos, no digo que no hubiera peligros, pero a ustedes les han lavado el cerebro y les han pintado monstruos en cada esquina. Yo cuando chica, a lo más, le temía al viejo del saco. Ustedes, a cualquier ser humano).

Bueno, pero la cosa es que estaba yo apoyada en el mesón del negocio mientras tu hermana elegía las lanas. O sea, llevábamos una hora frente a una ruma de trescientas veinte mil madejas de las más variadas tonalidades y una dependienta con actitud de, en cualquier momento, asesinar a tu regalona Martina. Pero cuando fui yo quien comenzó a sentir ganas de estrangular a mi propia hija, me pareció de lo más sensato salir un rato a la calle a fumarme un cigarrillo. Y zás, que choco con Giorgio, nuestro ex vecino. Aunque no lo creas, venía a comprar lana porque, entre otras excentricidades, ahora teje ponchos (¡plop!) ¡Y yo que creía que lo había visto todo! Aún no me imagino cómo sus manos de leñador pueden mover los palillos sin partirlos por la mitad. Pero en fin, cada loco con su tema. Te contaré que está más canoso y gordo, pero conserva los mismos ojos a punto de reírse, de hace cuarenta años. Lo que más me llamó la atención fue su frente. Una frente amplia y, claro, llena de surcos y arrugas. Pero lo curioso era su actitud. Parecía un general, que luciera con orgullo las huellas de lo vivido como si fueran condecoraciones. Y, ¿sabes, cielo?, lo eran. Lo sé porque a mi me pasa lo mismo. No sé si me entenderás hijo, pero te juro que no me avergüenzo de ninguna de mis arrugas, antes al contrario. Ellas, como todas y cada una de las estrías que aparecieron después de mis embarazos; todos y cada uno de esos blanquecinos cordones –algunos delgados, otros más gruesos- que marcaron para siempre mi vientre y mis caderas, son para mí… brillantes medallas.

Uy, corazón, acabo de tomar conciencia de lo mucho que te he escrito y no quiero poner a prueba tu paciencia. En la próxima cartita te sigo contando las copuchas de este lado.

Te adoro. Ah, y me despido cantando, desafinada y a todo pulmón:

Hacen falta cosquillas para seis
Pensar despacio para andar de prisa
Dar serenatas en los cementerios
Muriéndonos de risa, muriéndonos de risa

9 comentarios:

  1. Encontre genial las cartas

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  2. Genial?..Que menos de un bicho raro como tu.
    Besote

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  3. Mamma mia, un dubbio, quello che è il nome.......delle italiane?

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  4. Mi brujita.......qué hermoso!!!!!
    Y con la secretaria que tienes...uffffff, qué mas pedir.

    Mi bruja, mi madre putativa, mujer gozadora de la vida, persona grata y agradable...te quiero, te adoro y me siento feliz de verte feliz. Tienes unos hijos maravillosos, talentosos en las artes que cada uno de ellos cultiva y los más lindo....es ver como gozan contigo.
    Mi bruja, sólo deseo para ti y los tuyos, alegría, pura alegría.....ya que ella es la madre de todas las curas....

    T esla
    E res una mujer espectacular

    Q uiero lo mejor para tí
    U nida en la paz y en la armonia con los tuyos
    I nvencible, ante cualquiera
    E ncantadora, mi brujita
    R oncar son sólo cosas de la experiencia....
    O lvidarte....nunca lo haré....

    Besos para mi madre putativa....

    Te escribe "TELOMIRO"......

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  5. Que belleza de compañía me hacen leer estas letras. Que buenisimia buenisisima idea. Que orgullo, que entrete, que de puta madre esta madre.

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  6. Muy bellas tus cartas, y Felicitaciones multiplicado por el infinito para ti por esta nueva experiencia en la que te atreves a jugar!!!.... Y como ya te lo he dicho, eres una "TREMENDA MUJER", de la que me siento afortunada de conocer en esta vida.
    Mil besos para ti, y sigue escribiendo, mira que esperamos con ansias tu próxima publicación. Pilar Q.

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  7. Bru Rebe, increible continua por favor continua,tu sabes que soy un tanto ociosa y esto me entretiene sobre manera. He aprendido que reir me hace bien y ser alegre es contagioso y me contagio con tus escritos, gracias.

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  8. No es fácil escribirle a alguien con quien compartí tan poco pero tan intensamente , que recuerdos me dejo recuerdos en la mente y recuerdos de esos que viene a la memoria como acto reflejo , extraño dirán algunos peor cada vez que paso por un Starbucks , si esos cafés que salen en la tele , se me viene a la memoria los cafés de la señora , y me digo que ganas de tomarme un turco en la cocina como lo hice hace unos años , haaa ¡¡¡¡ y le cigarrillo ese que te mata de a poco pero que también te mata las ansias los nervios y todo eso que solo los fumadores sabemos apreciar .
    No diré mi nombre porque no viene al caso , por ahora seguiré de incognito, solo le contare a esta mujer que paso por mi vida que he hecho de ella,
    Puedo decir que es una de esas pocas personas que pasan por tu vida y que llegan por añadidura o sea no las buscas están y listo y quizás lo más importante es no que están si no que saben estar .
    Curiosamente Mañana es mi cumpleaños y como regalo de la vida me llego este block y nada espere para poder escribir.
    Al final te daré mi nombre para que sepas que pasaste por mi vida y me dejaste un bello recuerdo , de seguro en otra dimensión serás como un ángel y estoy seguro que tu misión será la de la oportunidad , si claro de esos que te tocan suavemente sin hostigarte y te dicen Vamos sí que puedes hacerlo … en fin querida Rebeca Un abrazo .Victor Hugo Saavedra

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