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miércoles, 3 de marzo de 2010

Un terremoto y dos tragedias

Hijo mío,

Espero que nuestra breve conversación telefónica te tranquilizara. Fuimos afortunados de poder comunicarnos, aunque brevemente, dentro de esta locura...Oír tu voz fue una inyección de fuerza. Algo así como una vacuna para el miedo.

Ahora, ya más serena, me dispongo a escribirte. Te pido disculpas si te parezco un poquito incoherente. Mi incapacidad para expresar lo que siento me frustra. Es como estar prisionera de mi cuerpo y mente. Esta pesadilla a la que nos enfrenta la madre naturaleza, no sólo en la devastación de nuestro territorio, donde tierra y mar mostraron su furia; esta naturaleza en cólera desgarradora, nos encara además a nuestro “enemigo interno”; nos hace tomar conciencia de que el hombre puede ser el animal más destructivo, peligroso y cruel del reino animal.

Hijo mío, créeme, no exagero. Creo que humillados por la naturaleza, surgió lo peor de nosotros: la desconfianza y el recelo, el individualismo, la exaltación del ego, el consumismo llevado a la locura, sumiéndonos en una barbarie incomprensible. El fracaso de las autoridades ante el derrumbe de los diques del individualismo, la ética, la moral, capaz de transformar a un joven de veinte años en un depredador feroz e incendiario, con carencia absoluta de solidaridad para aquellos devastados por la tragedia…

Perdóname hijo mío, debo parecerte muy dramática. Tu que sabes de mi alegría y sentido del humor, a días de esta tragedia hay una parte de mi espíritu congelada. Y a mis sesenta años tomo conciencia que no he perdido mi capacidad de asombro. Yo sé que los seres humanos somos una mezcla de bondad y maldad. Y precisamente por ello, me conmueve la aparición de aquellos héroes anónimos, los Jonathan Ulloa, los Joel Alarcón que comparten y organizan la entrega del agua. O aquella doña maría (¡que bien puesto el “doña”!) que organizó a su cuadra para compartir con sus vecinas la sopa de pan y unos cuantos pescados que irónicamente dejó el mar al retirarse. Ni hablar de la pequeña niña de la isla Juan Fernández que, a pesar de su miedo, tocó la campana de alarma que salvó tantas almas.

Sé que los días nos irán mostrando más de estos seres valiosos para consolar el espíritu y retomar la esperanza. Me aferro a ello para enfrentar la visión caricaturesca y vergonzosa de nuestros prejuicios, de nuestra ignorancia, de esta brutalidad que se ha desatado y que me tiene desolada.

Siento la presencia de Rudra, el dios de la mitología hinduista, el más temible de sus dioses, el violento que castiga a los pecadores. ¿Será nuestro pecado consumir, en lugar de reforzar nuestros principios éticos?

Te amo profundamente hijo mío. Gracias por regalarme tu voz en la distancia. Ello, junto al abrazo calientito de tu hermana Martina y la sonrisa temblorosa de tu sobrino Baltasar son mi bálsamo para recuperar la risa.

Te ama

Mamá

3 comentarios:

  1. Querida Rebeca:
    Como no indignarse cuando vemos que la ideología del cosismo se adueñó de todo y de todos.
    Sabia como siempre, amiga mía, pero lo que más me asombra, es reencontrarme con los delincuentes "de guante blanco".los de siempre, los que usan grandes campañas para generar "necesidades". Aquellos que usan los medios masivos, para "idealizar" la vida, llenándola de superficilidad. Esos que conocí, por los giros que me dió la vida, ufanandose de sus "logros". Los estafadores de sueños, se han enriquecido construyendo viviendas flebes que han cobrado vidas, mientras de seguro, pasaron "el evento" en sus mansiones, pagadas con la vida de muchos.
    Nos llena de rabia, pero hay contrastes, los pequeños heroes que mencionaste y quizás tantos otros.
    Recuperar las utopías para nuestros hijos se hace en GRANDE, como tú lo haces con los tuyos. Con consecuencia.
    Gran virtud, amiga mía.
    Un abrazo con esperanza.
    Nico

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  2. Gracias Rebe, por estas palabras que resumen un sentimiento tan encontrado en nuestra alma. El tablero de ajedrez se movió y con él las fichas de los ejércitos. Muchos Pepes Grillos aplastados y otros afferrados a los hombros de los hombres gritando las coordenadas para retornar al camino de la humanidad. Ese camino amarillo que no debería llevar donde un Mago que no tiene las respuestas que solo nuestra alma debe tener.
    Un beso a los vivos y a los que partieron...

    Manuel Grillón:)

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  3. Rebe querida:
    Saber que estás allí, llena de energía a muchos, mirá que yo ya quisiera tener una voz clara frente a situaciones mas pequeñas que me ha tocado vivir, pero vos siempre estás.
    Hoy nos toca a nosotros abrazarte. Sabemos de tu capacidad de sobrevivencia, pero si flaqueás, y como no, si la madre tierra no para de acomodarse. Si surge una duda,contá conmigo.
    Un abrazo
    Rubén

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