Powered By Blogger

sábado, 9 de enero de 2010

El enojo es una pérdida de tiempo

Amor mío, ¿Por qué estás tan enojado con tu hermana?

Sé que te han molestado sus comentarios, como también que ella me hable de su preocupación por ti. Al respecto, sólo quisiera que, ahora que eres “adulto”, no cometas el error tan común, de que nuestra goma de borrar sea más grande que nuestra memoria.

Tu hermana fue y ha sido siempre tu apoyo desde que eras un porotito. Cálida, siempre dispuesta para ti con su ternura, sabiduría y enorme paciencia, entregándote lo que muchas veces yo no pude darte… Ella fue mi primera hijita y para ella sólo tenía un amor infinito y una enorme ignorancia… Ella fue un apoyo gigante en tu formación y, hasta hoy, ella se siente responsable por ti, de puro amor no más. Goethe, el gran poeta decía “Da más fuerza saberse amado que saberse fuerte”. Y ella hizo cosas impensables por ti.

Yo sé que tu postgrado es importante, estar en otro país tampoco es fácil y, como siempre, tu quieres todo perfecto…No sabes cómo entiendo tu angustia, es como estar en un puente colgante a 300 mts de altura y sentimos miedo y el miedo nos vuelve ciegos y torpes. Y, claro, enojones, convirtiendo cada gesto del otro en una amenaza. Así, sin darnos cuenta, en lugar de “accionar”, reaccionamos.

No permitas que esto te suceda hijo mío. Cuando nos dejamos llevar por el miedo, nos volvemos ciegos y sordos a los mensajes con que los Dioses intentan enseñarnos. Serénate hijo mío. Para nosotras, par de brujas, tú siempre fuiste nuestro “grillo azul”; el de los silencios humildes y cascada de risas, enfrentándolo todo con una sonrisa. Vuelve a ser tú, Pascal; naturalmente tú. Que no te distraiga el ruido de la superficie; más que con las orejas, escucha con el corazón. Y con esto, no digo que tu hermana tenga razón en sus juicios. Tampoco digo que no la tenga. Sólo pretendo que en este momento un poco tirante, ustedes dos se escuchen. Particularmente tú Pascal, pues te veo enredado y rabioso; como si tu hermana apuntara a la luna y tú estuvieras peleando con su dedo, sin mirar lo que intenta señalarte.

Rompe tus temores con tu ternura y concédele espacio al tiempo. Como decía mi gran amigo Augusto, el romano, “Festina lente”, apresúrate lentamente. Que llegar a tu meta, no te impida deleitarte con las cosas comunes. De hecho, soy una convencida de que hacerlo, es condición para alcanzar aquella. Disfruta la nieve, los cielos tormentosos, el aroma de castañas confitadas que viene de la esquina, igualito como hacías cuando estabas de este lado del hemisferio y nos hacías detenernos en medio de la panamericana para gozar de un refrescante mote con huesillos en esos veranos en que caían los patos asados. Haz memoria, tesoro. Recuerda (re cordis…volver a pasar por el corazón) como celebrabas las sopaipillas de la Nelly, o cómo te comías la mitad de las marraquetas calientitas que te mandaba a comprar para la once o cómo, cuando estabas acalorado, te levantabas la polera y te acostabas en el suelo de baldosas de la cocina aunque más de uno de nosotros se dio un feroz porrazo por no verte ahí tendido. Qué gracioso, Dios mío. Y lindo. Sí, lindo era ver cómo le dabas espacio a lo que necesitabas, conectado con todo tu ser hasta el último rincón. Por eso, aunque alguna visita de turno se espantara, yo no te retaba por tus ocurrencias, pues para mí estabas aprendiendo lo más importante: a respetarte a ti mismo. En resumen, quiero que recobres esa espontaneidad que sé que está ahí, escondidita y arrinconada por la exigencia de ser un “adulto responsable”. Cielo, créeme cuando te digo que disfrutando las cosas ordinarias de la vida, ésta se convierte en una celebración.

Aunque te parezca absurdo lo que digo, creo que gran parte de la angustia en estos tiempos es porque, por la presión del sistema, dejamos de ser naturales. Para gran parte de tu generación ser “innatural” (para variar yo inventando palabras) se convierte en una forma de vida: no comes porque tienes algo importante que hacer, cuando no tienes hambre comes porque es hora de comer, si tienes sueño no duermes porque hay una película genial en la TV y claro, cuando intentas dormir ya no tienes sueño y tomas una pastilla para dormir… y todo en ti se altera: cuerpo, mente y emociones.

Por eso sólo me cabe recomendarte que…sueltes. Suelta el miedo a no cumplir, suelta el temor a fracasar, suelta y deja ir el enojo por lo que no es como quisieras. Todos esos son lastres; pesadas mochilas que sólo te hacen perder tiempo. Ese tiempo precioso en que estás vivo. ¿Que qué van a pensar los demás si no haces lo que se supone debes hacer? No tengo idea y tampoco me importa. Y ruego cada noche para que a ti tampoco. Fracaso y éxito son nociones tan relativas y caprichosas…Lo único que cuenta; la única brújula a la que debes atender es la de tu corazón. Si eres feliz, estás bien encaminado. Si no, debes detenerte para enmendar el rumbo. ¿Llevas ocho meses viviendo en tu departamento y no conoces el nombre del conserje? ¿Te molestas porque el árabe del almacén de la esquina te mete conversación y tú no quieres perder tiempo? ¿Estás a cuatro horas de una de las ciudades más fascinantes del planeta y aún no la conoces? Me espanto de ello como tu hermana. ¿Qué no te alcanza el tiempo, que estás muy ocupado? Pues entonces, pon a trabajar tu creatividad para lograr cuadrar el círculo. Ah, y comete de vez en cuando una locura. Es la única forma de mantenerte cuerdo.

Un beso enorme de tu madre que te adora.

6 comentarios:

  1. Cara Rebeca:
    La vita è vertiginoso e folle, ma i tempi sono eso.tempo.
    Pascal e parlare con sua sorella, perché tutto ciò che crea la magia.
    Il vino in questo viaggio e la nostalgia può fare miracoli
    Come disse Dante "Piantando la poesia del vino nel cuore"
    Un bacio per voi.
    Gio

    ResponderEliminar
  2. Gracias por esta carta que me has permitido leer, Doña Rebeca. La verdad es que estoy alucinando penitas y alegrías tras leerla. Que cierto todo y que buen faro te haces para algunos botecitos ilustremente perdidos en la profundidad de la mar...

    Miguel Grillóune

    ResponderEliminar
  3. Brugilda, me sigue gustando. La felicidad es un trayecto no un destino.

    ResponderEliminar
  4. Me quedo con el último párrafo de la carta, porque es demasiado cierto. Cuando no te atreves a soltar y te pierdes mil cosas por temores infundados, dejas pasar muchas oportunidades para ser feliz. El miedo es una sentimiento que paraliza y lamentablemente las personas que queremos que todo salga bien, que todo se desarrolle dentro de los "márgenes de normalidad", postergamos sueños en beneficio de lo que "debe" ser, sin darnos cuenta que dejando todos esos sueños atrás nos hacemos cada vez más contemplativos de nuestras propias vidas, en vez de ser sus protagonistas. Fácil es decirlo. Ahora toca esforzarse por lograr dejar los miedos atrás y empezar a vivir como lo soñamos.

    ResponderEliminar
  5. Me quedo con la última parte de la carta. No puede ser más cierto. muchas veces las personas que queremos que todo salga bien y nuestras vidas se desarrollen dentro de los "márgenes de normalidad", dejamos pasar muchas oportunidades por temor y es ahí donde ese sentimiento, llamado "miedo" nos paraliza y nos impide salirnos de lo convencional y hacer cosas que nos harían realmente felices. No se trata de desafiar constantemente a la vida ni sus circunstancias, pero sí a atreverse. Atreverse a cometer una locura, atreverse a decir que no. Atreverse a imponer límites, atreverse a demostrar nuestros sentimientos ..... Si no lo hacemos nos convertimos en personas contemplativas de nuestro propio destino y muy nostálgicas, porque cobra mucha fuerza el famoso dicho de que todo tiempo pasado fue mejor. Nos vivimos preguntando qué hubiera pasado si....... y nunca voy a saberlo porque ese tiempo ya pasó y no hice lo que quería hacer!!!!! Y tal vez dejé pasar al amor de mi vida o la profesión que me hubiera gustado desarrollar o no habría perdido a una amiga/o, etc. Por eso, es muy sabio consejo ese de "soltar", ya que a veces hay que soltar ciertas ataduras para estar dispuesta a recoger otras que valgan más la pena y así ser más feliz. En todo caso es fácil decirlo, ahora hay que atreverse a intentarlo....

    ResponderEliminar
  6. te quiero mucho brujita....eres lo más grande que he conocido en el último gran tiempo....y eso que he conocido estrellas del cielo, flores,montañas, piedras...ufff maravillas de la naturaleza.....y tu...noooo te pasaste!!!!!!

    ResponderEliminar